En mi anterior post, ya te contaba que este agosto estaré en Barcelona. No me doy pena; todo lo contrario. Estoy encantado de quedarme, porque es un mes fantástico para disfrutar de mi ciudad. Si tú también estás por aquí, toma nota de estos cuatro planazos que pienso hacer sin moverme muy lejos de mi querido Can Ramonet, en La Barceloneta:
Visitar las terrazas de la Basílica de Santa María del Mar (Plaza de Santa María, 1)
Después dever la serie basada en el famoso libro de Ildefonso Falcones, me ha entrado el gusanillo de descubrir el templo desde otra perspectiva. Así que ya he reservado una visita guiada por el interior y, también por sus terrazas, que están abiertas al público y aún no las conozco. ¡Tengo que remediarlo! Dicen que desde allí tienes unas vistas espectaculares al Mediterráneo, la Sagrada Familia, el Tibidabo… Después, seguro que me entrarán ganas de releer “La Catedral del Mar”. Mi interés por la Edad Media y Barcelona no tiene remedio.
Museu d’Història de Catalunya (Pl. Pau de la Vila, 3)
Para rematar mis ganas de viajar en el tiempo, me voy a perder por el MHC, que ofrece un paseo por la historia de Catalunya desde la prehistoria hasta hoy. Hay exposiciones temporales que siempre te sorprenden y sólo por entrar en el edificio donde se encuentra, ya vale la pena la visita. Está en los antiguos Almacenes Generales de Comercio de la ciudad, más conocidos con el nombre de Palau de Mar. ¡Ah! Y, por si no lo sabías, el Museo tiene un mirador excepcional abierto al público en la cuarta planta, con las mejores vistas al Port Vell. Tendré que ir cuando esté cayendo el sol, a ver si tengo suerte y el puerto está rodeado por esa paleta de colores rosados tan bonitos con los que a veces nos sorprenden las tardes barcelonesas.
El Parque de La Barceloneta (Pg. Marítim Barcelona, 15-21)
Está en unos terrenos que antiguamente ocupaba la fábrica Catalana de Gas, que se derribó en buena parte en el año 1989. Aún hoy quedan vestigios de esa arquitectura industrial –a mí personalmente, me encanta este estilo–, como la Torre de aguas, combinados con una zona verde muy actual. No importa la edad que tengas, porque aquí puedes hacer de todo: hay columpios, zonas para pasear, mesa de ping-pong y, también, canastas de baloncesto. ¿Quién se anima a jugar un 21 conmigo?
Segway por el Puerto Olímpico
En verano, también hay que hacer algo diferente y ponerse algún reto, ¿no? Si aún no te has animado a probar el Segway, yo me he propuesto que agosto es un buen momento para hacerlo. Hay varias rutas por los alrededores, que van desde el Parc de la Ciutadella hasta el Port Olímpic. No sé si seré hábil para montarme en ese “cacharro”, pero seguro que me hago unas buenas risas intentándolo. Espero no morir en mi empeño para poder escribiros en septiembre.